De tal manera que mi proceso de "deformación teológica" comenzó desde mi hogar, cuando aprendía de mi madre lecciones de Biblia, y luego continuo en diversas instituciones de América Latina; de mi experiencia pastoral; de mi contacto con personas del amplio arco iris del cristianismo; del dialogo con grupos de otras confesiones de fe; del encuentro con la vulnerabilidad de los excluidos y de mis propias vulnerabilidades; de la "hermenéutica deformada" de la vida y de las "Escrituras Sagradas judías" que hacia Jesús de Nazaret; y de los diversos espacios de servicio donde Dios me ha dado la oportunidad de participar. Dicho proceso de deformación teológica no se ha terminado y continuará de manera permanente, por eso sigo CAMINANDO HASTA DONDE HAYA SOL.
Mi nombre es César Henríquez. Nací en un pueblo al oriente del Venezuela llamado Valle Guanape, al morir mi padre, cuando yo tenía como 2 o 3 años, mi madre se trasladó a Maracay, una ciudad en el centro del país a 120 kilómetros de Caracas, y allí he hecho mi vida desde entonces. He tenido la oportunidad de realizar algunos estudios formales de teología y además ejercí el pastorado por 16 años en la Asociación de Iglesias Evangélicas Libres de Venezuela (ADIEL) donde recibí la ordenación al santo ministerio. Así que soy licenciado en teología por el Seminario Evangélico Asociado (SEA) de Venezuela, y en Ciencias Bíblicas por la Universidad
Bíblica Latinoamericana de San José, Costa Rica;
Magister en Teología por la Universidad Católica Santa Rosa (UCSAR) en
Venezuela. También tengo estudios de actualización
teológica en la Pontificia Universidad
Católica de Sao Paulo-Brasil. En la actualidad cursos estudios doctorales en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) en Cultura y Arte
para la América Latina y El Caribe y he tenido la oportunidad de ser asesor técnico para la
elaboración de materiales del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA)
en Venezuela. He estado vinculado al trabajo de prevención y formación en relación al tema de VIH y sida por más de 20 años y debido a mi trabajo en una Organización que se llama Acción Ecuménica, he sido el editor de su revista Presencia Ecuménica, entre otras responsabilidades.