Señales del fin del mundo
             MATEO 24:1-14                                                25/03/2020






     Cuando Jesús salió del templo, los discípulos se le acercaron para mostrarle las grandes edificaciones donde ellos solían reunirse con todas sus comodidades, grandes estacionamientos, butacas acolchadas y aire acondicionado integral. Jesús después de ver todo aquello les dijo: ¿Ven todo esto? En verdad les digo que vendrá un tiempo donde ya no podrán reunirse en estas edificaciones y tendrán que quedarse confinados en sus casas; prácticamente estos grandes sitios de reunión serán inútiles.

     Pero los discípulos quedaron intrigados con estas palabras y le preguntaron: ¿cuándo ocurrirá todo esto y cuándo será el fin de la historia?

     Respondiendo Jesús, les dijo: es importante que sepan que van a escuchar de guerras, por lo que la industria de armas será la que generé más dividendos económicos y todos querrán tener un arma nuclear. También surgirán diversas enfermedades que se propagarán con mucha facilidad, ya que se vivirá en un mundo globalizado. Los terremotos, incendios forestales, la extinción de muchas especies, la contaminación en altos niveles, el cambio climático y la carencia de agua potable también será una realidad en el mundo.

     La falta de alimentos hará migrar a millones de personas de todos los confines de la tierra, entonces surgirá la xenofobia y el racismo. Y cada nación verá como una amenaza a los extranjeros y lo culpará de todo lo malo que está ocurriendo. Y se construirán muros de diversos tipos. Esto generará mucho caos mundial. Pero ustedes no deberían sorprenderse, es consecuencia de todos estos sistemas que privilegian la acumulación de riquezas en detrimento de la naturaleza y la vida humana. Pero no se confundan, aun no es el fin de la historia, pero si el principio doloroso para que emerjan nuevas realidades.

      Entonces, las personas que denuncien y cuestionen, desde la perspectiva del Reino de Dios, las causas estructurales del caos, serán perseguidas, encarceladas y aborrecidas, incluso, por aquellos que construyen grandes templos, hacen largas oraciones y recitan el texto bíblico de memoria.

     Y mientras todo esto acontece vendrán muchos hablando en mi nombre y confundirán a muchos diciendo cosas como: “eso estaba escrito en la Biblia”; “Dios tiene el control”; “el tiempo de Dios es perfecto”; “esto es un castigo de Dios por la homosexualidad, la eutanasia y el aborto": “el pueblo de Dios está exento de padecer calamidades”. Y mensajes de esa naturaleza.

     Y ante tanta incertidumbre y falta de credibilidad, la solidaridad, la sororidad, la esperanza, la compasión, la ternura se enfriarán. Sin embargo, algunas personas se mantendrán firmes en mis enseñanzas: serán más solidarias, más sororales, más amorosas, más esperanzadas, más siervas, más nobles, más amigas, más cercanas, más empáticas, más discípulas, en fin, más humanas. Estos serán salvos.

     Y el Evangelio del Reino será predicado de manera global, es decir, el testimonio del Evangelio es que perseveren en ser como yo he sido con ustedes: humano. Y una vez que todo esto acontezca, entonces, sí, vendrá el fin.