Gracias Dios Por el rayo de sol que ventea en mis heladas La brisa fresca que huye del verano. El sorbo de agua que salpica el desierto El trinar de los pájaros que colorea los arboles
Gracias Dios Por el goteo sinfónico de la lluvia La cobija que acurruca los sueños sin sobresaltos La sinfonía nocturna de los grillos y renacuajos. Las luciérnagas que danzan tejiendo las sombras
Gracias Dios Por la frescura de la tinaja materna El sorbo de café en tapara al amanecer El casabe mojado de sudor y tierra El ají dulce en la memoria del paladar
Gracias Dios Por el saludo de lo desconocido al cruzarnos Por la presencia silente de la amistad La risa que germina en las soledades Los niños que no se cansan de jugar
Gracias Dios por mostrarte En la sencillez de mis complejidades En el suspiro de cada obra buena. En la calidez de cada abrazo En la vida liberada de cada semilla
Muchas gracias