LA IGLESIA ANTE LA ACTUAL COYUNTURA SOCIO-POLÍTICA: UNA LECTURA MEDIATIZADA POR EL
EVANGELIO DEL REINO[1]
Estas rayas fueron escritas el 26/12/2002 y se socializaron por correo electrónico. Para la época,  aun las redes sociales no habían establecido su hegemonía comunicacional - César A. Henríquez M[2]


A MANERA DE INTRODUCCIÓN

             ¿Qué está pasando en Venezuela? Esta pregunta retumba en la mente de cada habitante de la tierra de Bolívar, sin encontrar una respuesta que la satisfaga plenamente.  La realidad venezolana despierta, no sólo en quienes la respiramos diariamente, sino también en toda América Latina, múltiples inquietudes que producen preocupación, angustia y desesperación. 

            Qué situación tan extraña para la iglesia cristiana, que había estado acostumbrada a ver desde lejos situaciones similares en otras partes del continente, tales como las vividas en Nicaragua, Guatemala, El Salvador, lugares donde  cristianos,  en muchos casos, asumieron  papeles protagónicos[3],  los cuales se juzgaron ingenuamente desde las filas de la iglesia en Venezuela.  Y ahora es ella la que se encuentra en medio de una coyuntura que no  es fácil enfrentar.

          ¿Cuál debe ser el papel de la iglesia en Venezuela? ¿Qué actitud asumir ante el rostro que el país  presenta? Si hoy se nos hace complejo determinar el papel de la iglesia, la razón es sencilla: para la mayoría de la iglesia cristiana, pocas veces,  ha sido prioridad reflexionar sobre la fe a partir de su realidad. La alienación teológica de la cual hemos sido objetos nos ha enseñado que los acontecimientos en al ámbito  social y político no tiene nada que ver con nuestra fe en Cristo. Forzosamente la situación actual la está obligando, casi a empujones, a cambiar de actitud: bien sea a estar a favor del proceso liderizado por el presidente, o a estar en contra de la llamada Revolución Bolivariana. Es casi imposible en este momento no  tomar partido, aún para los cristianos, que han creído que se puede ser neutral. Ante esta disyuntiva socio política que vive el país, y de la cual los cristianos no estamos exentos: ¿cuál debe ser la posición de la iglesia cristiana? ¿Bajo cuales criterios debe asumir una postura?[4]

 CONSIDERACIONES PRELIMINARES

 Dios no esta callado y  se mueve en nuestra historia. Dios no está ausente de los acontecimientos que vivimos en el país. El hecho de no ser capaces de discernir por dónde se mueve, no implica que no esté. Por eso es  tarea de la iglesia aprender a discernir a Dios en medio de los complejos procesos por los que pasa la nación. ¡Tarea nada fácil, pero imperativa! si es que realmente queremos ser fieles seguidores y seguidoras de Jesús. Leer los signos de los tiempos con los ojos del Evangelio para juzgar  la presencia activa de Dios,  facilita la tarea profética como pueblo de Dios: Anunciar la Buenas Nuevas de Salvación y  denunciar todo aquello que atento contra  la vida plena ofrecida en Cristo Jesús. El Evangelio de Jesucristo en ninguna parte enseña que Dios ha dejado a la humanidad a la deriva, y que  sólo la contempla como espectador pasivo. Como bien lo apuntaba el título del libro de Francis Schaeffer  “Dios está presente y no está callado”.

 La iglesia no está en la obligación de seguir a ninguna persona, excepto a la persona de Jesús. En este sentido ante cualquier calificativo, que están muy de moda en la actualidad,  quienes seguimos a Jesús, somos por naturaleza y convicción cristianos y cristianas, único calificativo que aceptamos y asumimos por encima de cualquier otro. Todo lo demás quedará bajo la subordinación de esta realidad de vida que como personas hemos abrazado, y por la cual hemos optado. Entender esto, permite abrir una posibilidad más ante las dos expuestas anteriormente. En palabras sencillas, no tenemos porque ser “oficialistas” o “antioficialistas”. Cuando nos apropiamos de uno de estos calificativos perdemos la capacidad de juzgar como cristianos  desde la fe, porque llegamos a ser sectarios, y pudiéramos estar avalando actitudes y acciones que no compartimos del todo como seguidores de Jesús. Ya hemos dicho que somos cristianos y cristianas, y eso no se negocia ni se subordina a ninguna ideología o proyecto político.

 El Reino de Dios comienza aquí y ahora: Dios tiene un proyecto de Vida para toda la humanidad cuyo mayor exponente fue el mismo Jesús, quien con su presencia inaugura de manera formal la presencia del Reino entre nosotros/as.  Por eso la nueva interrogante que nos hacemos ahora es ¿cuáles son las propuestas de este Proceso o de la oposición que propician, coinciden o se aproximan más al proyecto del Reino de Dios del cual la iglesia es agente por excelencia, más no exclusivo? He aquí para mí lo medular del asunto, lo neurálgico de nuestras opciones. Estamos acostumbrados a decidir en base a nuestras emociones, a lo que sentimos; o sobre la base de contenidos aparentes que esconden la verdad; o sobre la base de lo que dicen los “expertos”, cuya palabra es casi incuestionable;  o de criterios apocalípticos que toman notoriedad en  el seno de nuestras comunidades eclesiales; hoy está de moda hacer juicios sobre la base de rumores. Rara vez, nos preguntamos si  nuestras opciones de vida  se parecen  a la propuesta del Evangelio del Reino. Esto es muy comprensible porque la mayoría de las veces ni siquiera sabemos cual es el proyecto de Dios para la humanidad, excepto la de una idea ultramundana de salvación, que reduce y minimiza la fuerza del Evangelio.

 LEER HISTORIA AL REVÉS, PARA PONER AL PAÍS AL DERECHO

            Por todo lo antes expuesto, me atrevo a decir que  aunque no debemos apoyar individualidades, estamos obligados apoyar iniciativas que coincidan con la idea de sociedad que está dibujada  a lo largo de toda la Biblia, y por la cual Jesús fue crucificado, aunque estas hayan surgido de un proceso político. Como cristianos no podemos o no debemos abrazar a ciegas y de manera total  propuestas políticas, que al fin y al cabo, siempre serán limitadas y cuestionables. Pero hay proyectos políticos que tienen elementos, aspectos,  que en algún momento tocan o coinciden con los valores del Reino de Dios, y allí no se puede vacilar, sin que por esto tengamos que subordinar nuestra fe cristiana.

             Consideramos que lo sui generis de este proceso es hacer una relectura de la historia desde el reverso, y no desde la oficialidad impuesta y sostenida por quienes históricamente han detentado el poder. Estos han gobernado en función de intereses  exclusivamente económicos, subordinando la vida de millones de excluidos/as a políticas deshumanizante y discriminatorias. Es la vida planteada desde la perspectiva de la opulencia, del poder, del individualismo, de la injusticia social, etc. Ahora la historia se quiere escribir al revés, desde la perspectiva del pobre, del no-persona a quien se le ha negado su dignidad, su derecho a ser gente, a quien se le ha pisoteado como portador y portadora de la imagen del creador. Asumir la vida desde esa perspectiva, por supuesto que es una “locura”, se opone a la lógica del sistema, del status quo. Releer la historia desde esa perspectiva socava las bases mismas que sustentan la organización injusta de nuestra sociedad. Esto por supuesto produce conflictos, enfrentamientos, despertares, inestabilidad, cuestionamientos. En una sola palabra: CRISIS     He aquí algunos elementos que ilustran lo que implica la osadía de asumir la historia al revés.

 1.         La opción por los lumpen[5]: Venezuela se puede describir como un pobre país rico. Tenemos de todo y no tenemos nada. Más del 70% de la población vive en condiciones de pobreza, en un territorio que tiene reservas petroleras incalculables, además de una variedad de riquezas minerales. Todo esto para ser distribuido en una población que no llega a 25 millones. Sin embargo durante las ultimas décadas el abismo, entre el minúsculo grupo que de alguna u otra manera se ha beneficiado de las riquezas del país, a la sombra de los gobiernos que hemos tenido, se ha ido  profundizando  a tal punto que la brecha entre quienes tienen y quienes no tienen es criminal y demoníaca.

         En cambio desde el comienzo de este proceso, la  palabra pobre ha cobrado un sentido más dinámico y protagónico. El pobre no como objeto que se usa para sustentar el status quo, sino como sujeto para transformar su realidad, y propiciar condiciones más humanas y más justas. Por primera vez se nos dice hasta la saciedad, desde el gobierno, que la injusticia social, es causa fundamental de la situación de exclusión a la que han sido arrojados millones de venezolanos/as. Y en esa  perspectiva se han hecho esfuerzos por comenzar a reconstruir  la sociedad y buscar relaciones más justas entre quienes compartimos esta prodigiosa tierra. El primer paso fue la elaboración de una nueva constitución que plantea un nuevo contrato social que favorece a los que no tienen voz, que contribuye al respeto de todos y todas como seres humanos dignos. Y en términos mucho más específicos la creación de instituciones que propician la participación de los lumpen, para que comiencen  a respirar la vida. Además se han dictado leyes a fin de favorecer a los que menos tienen,  tales como la ley de tierras y la de pesca, entre otras,  que han sido fuertemente cuestionada por quienes tienen el poder económico y ven amenazados sus intereses. Miles de niños de las clases más bajas, han sido incorporados al sistema educativo para brindarles una formación de carácter integral, en la cual reciben también alimentación, entre otros beneficios, de los cuales estaban excluidos. El grave problema habitacional ha comenzado a atacarse otorgando miles de viviendas a familias a muy bajos costos y con facilidades de pago.

             Lo más significativo es que este proceso ha mostrado y ha sacado a la luz los diversos rostros de los lumpen, es decir, a las mujeres, a los campesinos, a los indígenas y los niños[6]. Es curioso el despertar que este proceso ha ocasionado en las clases menos privilegiadas, quienes se reúnen y  organizan en cooperativas, asociaciones civiles,  para desarrollar proyectos comunitarios, y resolver sus problemas; o simplemente para leer la constitución y discutirla. La conclusión es que los pobres,  lo desposeídos, las excluidas, los que nunca han tenido voz, han comenzado a percatarse que si pueden hablar y que si son escuchados.

  Aquí cabe  la página neobíblica aportada por Gerardo Moreno[7]:

 Era tanto el crecimiento de la miseria y de la pobreza extrema, pero también de la esperanza...

eran tantos los colosos que promovían la deuda externa y la muerte, pero también las comunidades solidarias con las comunidades más olvidadas...

eran tantos los hombres torturados en el infierno de las cárceles, pero también las mujeres y los hombres que luchaban por la Libertad y los Derechos Humanos...

eran tan grandes los imperios como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que apoyados por el Norte se enriquecían a costa de los que decían ayudar, pero también las pequeñas comunidades que compartían el pan de cada día a manos llenas...

eran tantos los diamantes de los millonarios, pero también las piedras de los pobres para construir una sociedad más justa, una Patria Grande y Libre de toda clase de opresión...

era tanto el crecimiento de estas desigualdades e injusticias...

que un discípulo lleno de dudas y subestimando a nuestro Pueblo exclamó:

 -Y “¿de la Patria Grande puede salir algo bueno?”

 El Niño recogelatas le contestó:

 -“VEN Y LO VERÁS”. Mientras el Gobierno del Norte habla de paz, sigue vendiendo armas y enviando soldados a tierras que pretende dominar; en cambio, aquí las armas que tenemos son la esperanza y la perseverancia en la lucha por la justicia, la igualdad, el pan, la conciencia, la dignidad y de nuestra identidad como miembros de la Patria Grande...

Mientras los banqueros como Orlando Castro estafan y roban a nuestra gente y luego se fugan, y una vez capturados, hacen todo lo posible por volver no precisamente para pagar “setenta veces siete” lo robado, sino para tener casa por cárcel, en cambio, aquí continúan los Campesinos y los Chamos del barrio trabajando por la solidaridad y el compartir...

Mientras los dictadores de nuestro pueblo, como Pinochet, torturan, violan, explotan y hasta asesinan a nuestras madres, padres, hermanas e hijos y buscan quedar impunes de todos sus crímenes, aquí continúan los Rotos, y a ellos se unen los diferentes grupos y comunidades que luchan sin tregua y cada día con más fuerzas por los Derechos Humanos, el Respeto y la Valoración como personas para con nuestros hermanos presos y torturados en las cárceles que se han convertido en campos de concentración...

 -“VEN Y LO VERÁS” -volvió a decir el Niño recogelatas-. Sólo tienes que vivir y hacer de esta Tierra tu tierra y hacer de sus luchas tus luchas, de su esperanza tu esperanza, de sus caídas tus caídas, de sus victorias tus victorias, de su solidaridad tu solidaridad, de su conciencia tu conciencia, de su vida tu vida...

 El discípulo, convencido y con la fe puesta en estas mujeres y hombres, comunidades enteras que no desistían en su combate por la justicia, la verdad, la igualdad y la fraternidad exclamó:

 -“USTEDES SON LOS HIJOS DE LA PATRIA GRANDE, USTEDES SON LOS SOLIDARIOS DEL DIOS DE LA VIDA...”

 2.         Rechazo al modelo neoliberal: Es posible que la mayoría de los venezolanos odiemos la economía y sus análisis fríos, llenos de cifras y porcentajes, sencillamente incomprensibles para el común de las personas. Pero hoy lo económico tiene una relevancia tal, que ha logrado subordinar todos los aspectos de la vida  a los intereses del mercado.  La agenda económica que está proyectada para América Latina y el mundo, es imponer un modelo neoliberal, donde los pobres están sobrando, y donde la dignidad humana se sacrifica en el altar del mercado, al cual se le rinde culto[8].

             Este modelo económico ha sido rechazado por el llamado proceso revolucionario. Es muy claro detectar las formas como este modelo económico se encarna en la sociedad: la privatización de empresas claves del estado, de la  salud,  incluyendo la educación son planteamientos intrínsecos al modelo. El gobierno del presidente Caldera estaba trabajando hacia ese horizonte de la privatización de la vida. El deterioro intencional y consciente que, promovida desde el Estado, sufrieron las redes hospitalarias, las escuelas públicas y las empresas del estado, tenían la firme intención de justificar  la privatización de las mismas. ¿Quién se va a oponer a que privaticen la educación si esta no “sirve”? Esa era la lógica a seguir. Quebrar, para privatizar. No hay que echar mucho lápiz para saber quienes iban a ser los más perjudicados y quienes los más beneficiados. Todos sabemos que la actual administración detuvo los procesos de privatización que ya se daban como un hecho, decisión  que ha perjudicado a grandes intereses económicos tanto nacionales como internacionales.

             Por otro lado, “la sociedad del capitalismo neoliberal promueve el materialismo, el consumismo, el individualismo, la competitividad. Con eso facilita la alienación y la corrupción en detrimento de la cooperación, del espíritu comunitario, de la solidaridad y del bien común. Sin alternativas viables, el capitalismo neoliberal impone su manea de pensar y actuar y genera en las personas la idea de que esa cultura es la única forma de vivir en este mundo» [9]

           Un elemento que llama la atención del proceso, es que se ha invertido el orden de prioridades y de opciones. Antes se optaba por los intereses de quienes más tenían a fin de que de las migajas que cayeran de las mesas de estos grupos, los lumpen pudieran satisfacer sus necesidades. Es decir, mientras los primeros estén bien, los desposeídos podrán cobijarse a su sombra, y además agradecerles por la benevolencia hacia ellos

             Esta lógica económica ha encontrado una piedra de tranca en el actual proceso,  el cual ya ha manifestado también  su rechazo al ALCA[10], una manera muy postmoderna de colonialismo. Y como ha señalado el obispo Argentino Miguel Esteban Hesayne, “no se puede ser cristiano y neoliberal, porque el espíritu del neoliberalismo es contrario al espíritu del Evangelio. Sencillamente porque el Evangelio promueve la vida plena, y el neoliberalismo  la cultura de la muerte, especialmente para las mayorías excluidas” [11]

             Esto es mejor entenderlo por medio de una historia[12] que muchos conocemos, pero releída desde  el neoliberalismo.

 “Por aquellos días como había,  otra vez,  una gran multitud y no tenían que comer, convocó Jesús a los discípulos y le dijo:

 -     Me enternece esa multitud, porque llevan ya varios días aquí y no tienen             que llevarse a la boca; si los mando a casa en ayunas desfallecerán en     el camino, pues algunos vienen de muy lejos.

             Los discípulos le replicaron:

 -       ¿Cómo va a ser posible darle de comer a tanta gente en una tierra tan dura? Ni con doscientos millones de dólares tendríamos para ello.

-       Jesús preguntó:

-       ¿Cuántos panes tenéis?

-       Siete – le contestaron

         Sabía Jesús que el siete es el número de la totalidad porque suma el tres, símbolo del Dios trino, con el cuatro, símbolo de los puntos cardinales que engloban la creación. Por eso mandó a las gentes que se echaran en el suelo, tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias y los fue dando a los suyos para que los distribuyeran a la multitud. Tenían además unos cuantos pececillos: los bendijo también y encargó que los distribuyeran a todos.

       Pero los primeros en recibir alimento, alegaron que no iba a haber bastante para todos, porque es imposible repartir si primero no se hace producir. Argüían que era mejor que se quedarán ellos con todo lo que había, para poder sembrar de modo que los panes se multiplicaran y hubiera para todos. Pensaron después que aquellos panes multiplicados eran solo suyos, pues ellos los habían hecho crecer. Por eso se los quedaron y comenzaron a intercambiarlos entre ellos mismos. Como la multitud comenzaba a desesperarse y el hambre vuelve amenazador al hombre, decidieron convertir lo que les sobraba en armas con que poder defenderse. Y marcharon corriendo en transformar las sobras de los panes en armas disuasivas y amenazadoras.

 -Cuando hubieron partido, Jesús dijo otra vez a sus discípulos:

-Recojed los cadáveres que han quedado.

 Ellos lo hicieron así. Y resultaron mil millones de hombres, sin contar las mujeres y los niños.

 3.         La lucha por dignificar a la mujer: ¿Quién puede negar la posición de subordinación a la que  las mujeres han sido destinadas durante la historia de la humanidad? ¿Quién puede objetar que la pobreza tiene rostro de mujer? ¿Quién puede dudar de las relaciones de injusticia  promovidas y sustentadas por la lógica del sistema? ¿Quién  se atreve a negar la exclusión de la que son objeto este grupo humano por ser mujeres, negras o indígenas, y además pobres?

            Es notorio el desempeño que las mujeres tienen en este proceso revolucionario y la atención que se les ha prestado, como no lo habían tenido en ningún otro gobierno. La creación del banco de la mujer, institución cuyo principal objetivo es ofrecer pequeños créditos a  las mujeres de la clase más baja, a fin de facilitarles  la posibilidad de autofinanciarse de manera progresiva es una muestra de esta realidad[13]. Esta institución fue creada para dar crédito a quienes el sistema imperante jamás daría créditos. Porque los lumpen no tienen carros ultimo modelo, quintas o edificios, tarjetas de crédito, propiedades en Miami, o grandes extensiones de tierra, etc., para dejar en garantía al solicitar sus préstamos. La mujeres pobres sólo tienen el deseo de salir adelante, de acceder a la vida como cualquier persona; sólo tienen sus manos para trabajar y su palabra para empeñar, y unos hijos que la ayudan a regatear la vida que les han arrebatado.  ¿Pero quien puede creer en la palabra de una mujer que ocupa los sótanos de los lumpen? Pues parece que este proceso si cree en ellas, y ya se han dado gran cantidad de minicréditos y muchas mujeres han comenzado a revalorizar su papel en la vida y a caminar hacia el empoderamiento y autonomía personal.

            Este banco no es consecuente con la lógica del sistema, así lo expresan las palabras de su presidenta  “un banco que no nació para acumular capital, para hacer intermediación, que permitiera que unos pocos se hicieron cada vez más ricos y unos muchos se hiciera cada vez más pobres, un banco que nació a principios de este siglo para servir a las más pobres entre los pobres. ¿qué cosa tan rara, verdad?”[14]

        A su vez, la participación directa de mujeres dirigiendo ministerios, formando parte de la Asamblea Nacional y hasta ocupando la vicepresidencia de la República, le dan a este proceso un carácter particular en la historia del país[15]. Ninguno de los gobiernos que han precedido a este, habían tenido tantas mujeres al frente de tantos ministerios a la vez. Estos esfuerzos en busca de la construcción de relaciones de equidad entre los géneros, también  se hizo  expresa en la redacción de la Nueva Constitución, la cual se redactó usando lenguaje inclusivo. El presidente lo ha resumido de la siguiente manera:

 “Así que no hay espacios que sean exclusivamente reservados a los hombres, todos los espacios políticos, todos los espacios económicos, todos los sociales, todos los espacios Militares, todos los espacios de la vida de un pueblo, de una República están allí  para ser conducidos por hombres y por mujeres, por mujeres y por hombres en condiciones de igualdad” [16]

 4.            Un proceso que aboga por los pueblos  indígenas: Estadísticas oficiales señalan que la población indígena supera las 300.000 personas, lo cual representa alrededor del 1,5 por ciento de los habitantes del país[17].

            Los indígenas llevan más de 500 años sometidos a diversas  expresiones de exclusión y marginación. En un primer momento por los españoles y luego por los diversos gobiernos que han dirigido al país.  Los indígenas no eran considerados ciudadanos, por lo que sus derechos se limitaban a ser exhibidos como  objetos folklóricos, y su dignidad   como seres humanos nunca fue tema de la agenda política de ningún gobierno. Dentro del escalafón de los pobres, los indígenas eran/son los lumpen por excelencia, ocupando los estratos más bajos en la sociedad venezolana, y a quienes se les negó por décadas el derecho de ser gente.

             Sin embargo,  desde el mismo momento de convocarse la Asamblea Constituyente, los pueblos indígenas comenzaron a  cobrar un importante papel en la sociedad venezolana, el cual les había sido negado por  siglos. Estos también fueron convocados a formar parte de esta Asamblea con representantes elegidos por ellos mismos, y una vez aprobada la Nueva Constitución esta hizo  visible a miles[18] de venezolanos y venezolanas que habían sido condenados al anonimato social, y cuyos derechos se violentaban sistemáticamente. Vale la pena mencionar  el artículo 1 del capítulo VIII, dedicado en su totalidad a los derechos indígenas:

 
El Estado reconocerá la existencia de los pueblos y comunidades indígenas, su organización social, política y económica, sus culturas, usos y costumbres, idiomas y religiones, así como su hábitat y derechos originarios sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan y que son necesarias para desarrollar y garantizar sus formas de vida. Corresponderá al Ejecutivo Nacional, con la participación de los pueblos indígenas, demarcar y garantizar el derecho a la propiedad colectiva de sus tierras, las cuales serán inalienables, imprescriptibles, inembargables e intransferibles de acuerdo con lo establecido en esta Constitución y en la ley [19].           La iniciativa de hacer justicia a los pueblos indígenas se hizo aún más evidente al darle a los 31 idiomas hablados por nuestros aborígenes, carácter oficial, lo cual permitirá la participación activa de las etnias en la definición, formulación y ejecución de políticas educativas culturales y lingüísticas, a través del Consejo Nacional de Educación, Cultura e idiomas indígenas, creado para tal fin. Ya no sólo el español es el idioma oficial de Venezuela,  ahora tenemos 32 idiomas oficiales.  Sumado a esto se ha facilitado la participación de representantes indígenas en la Asamblea Nacional, elegidos de acuerdo a las costumbres y tradiciones que les han acompañando a lo largo de toda su historia.

             Desde niños la historia de nuestros pueblos nos fue contada desde la perspectiva de los conquistadores y no de los conquistados. Por eso, ingenuamente cada 12 de octubre celebrábamos el Día de la Raza, como aquel acontecer histórico en el cual los Españoles  “nos descubren”, como que si la existencia de los indígenas estaba ligada al hecho de que los europeos estuvieran al tanto o no de nuestras tierras. Pero a  partir de este año se decretó celebrar no el Día de la Raza, sino el Día de la Resistencia Indígena, lo cual expresa con mayor exactitud los hechos que desencadenó, el tropiezo accidental de Colón con esta tierra de gracia y con nuestros aborígenes. La segunda vicepresidenta de la Asamblea Nacional, la indígena, Noeli Pocaterra, en relación a la solicitud hecho por los pueblos aborígenes, dice:

 “Esta solicitud es señal de autoafirmación americanista, por la unidad y diversidad cultural y humana, es decir, superar todo lo que tiene que ver con esa idea de celebrar, para que no continúe siendo un día festivo, porque en esa fecha comienza el genocidio de los indios y para nuestros pueblos connota duelo”[20]

Se han plasmado las bases para comenzar a construir a favor de la población indígena del país, el marco constitucional planteado no resuelve automáticamente los diversos problemas que la indolencia de administraciones anteriores profundizaron, pero ciertamente suministra las herramientas jurídicas que  facilitarán la reconstrucción de la vida de estos pueblos. Domingo Sánchez P., lo ha resumido así:

 Ha comenzado pues, un nuevo proceso que será deber de los venezolanos todos, incluidos los indígenas, desarrollar y ampliar para tratar de resarcir tantos sufrimientos y sobre todo cambiar el desconocimiento por parte de la sociedad criolla, del significado que tiene la existencia de etnias que al fin y al cabo, son descendientes de los primeros pobladores de esta patria que llamamos Venezuela. Este proceso ha dado comienzo, al designarse las comisiones mixtas para el deslindamiento de las tierras ancestrales pertenecientes a los pueblos indígenas, no sin la oposición pertinaz de quienes, usando los “contactos” con funcionarios corruptos, o engañando a unos y otros, fueron adueñándose de las tierras, no solamente campesinas sino de los indígenas.  Estas nuevas luchas de los pueblos indígenas por sus derechos, se libran hoy en un nuevo marco de las relaciones sociales en Venezuela.  Confiamos en que este proceso, no resulte revertido o remendado, según los intereses de los grandes terratenientes, quienes hacen todo lo posible con dar al traste con lo avanzado hasta ahora.[21]

 CONCLUSIÓN

             Hemos estado acostumbrados a cuestionar a los gobiernos para que asuman posturas a favor de los más desposeídos, para que dicten leyes más justas y para que propicien la vida en una cultura que promueve la muerte. De cierta manera nos habíamos acostumbrados a hacer el papel opositor ante gobiernos que, a nuestro juicio, no ejercían su responsabilidad de administrar justicia a los más débiles.          Pero ahora ante un proceso que, con todos sus defectos y elementos que pudieran y son cuestionables, está dando síntomas bastante claros de generar condiciones políticas y sociales a favor de los más pobres; a replantear el modelo de país que hemos tenido; a darle a los excluidos voz y participación, a hablar de justicia social; a releer la historia desde abajo, desde el reverso; a buscar modelos económicos alternativos a la lógica que quieren imponer los países industrializados, etc. Ante esta realidad nos encontramos ante un proceso que usa el lenguaje y las propuestas que por mucho tiempo como cristianos hemos enarbolado.

             La vida como un don de Dios a la humanidad será al fin y al cabo el criterio por excelencia que la iglesia tendrá que asumir para hacer sus opciones en este convulsionado país. Y cuando comenzamos a optar por la vida nos damos cuenta que más del 70% de los venezolanos y venezolanas han sido destinados y destinadas a las márgenes de una  sociedad excluyente y exclusiva. La iglesia, que ha asumido conscientemente el   seguimiento a Jesús, está llamada a dejarse orientar por  las huellas de aquel que puso el Reino de Dios al alcance de todos y todas, especialmente, los pobres con su diversidad de rostros:

El Espíritu del Señor está sobre mí, 

    Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas

a los pobres;  Me ha enviado a sanar a los

quebrantados de corazón; 
    A pregonar libertad a los cautivos, 
    Y vista a los ciegos; 
    A poner en libertad a los oprimidos; 
    A predicar el año agradable del Señor

… Hoy se ha cumplido esta

Escritura delante de vosotros.[22]

              La dignidad de los seres humanos, el derecho a ser gente, la calidad de vida, la justicia social, la equidad de género, la lucha contra sistemas económicos injustos, que subordinan la vida al dios mamón; defender  a los execrados sociales, alzar la voz por quienes han sido enmudecidos por intereses idolátricos; solidarizarse con los lumpen de la sociedad, es parte fundamental de la Misión de la iglesia. Por supuesto es la Misión de la iglesia, pero de aquella  que asume la historia desde el reverso, desde abajo, desde la perspectiva de quienes no cuentan, ni existen para la economía de mercado. Que tarea tan difícil para el pueblo de Dios, que muchas veces también ha sido seducido por la lógica del sistema, que lo convierte no en profeta del Reino de Dios, sino del status quo. ¿Cuántas veces nuestra perspectiva de la vida, de la historia, de la sociedad no se asemeja más a la de proyectos que promueven la cultura de la  muerte, de manera muy solapada, que a la del proyecto de Vida encarnado en la persona de Jesús? ¿Cuántas veces la versión que presentamos del Evangelio no sustenta y defiende intereses egoístas y pecaminosos de una minoría privilegiada, en deterioro de una gran mayoría empobrecida?

             La situación del país exige la presencia profética de la iglesia, y ésta tiene tres opciones. Oponerse al gobierno, visceralmente, por considerarlo “comunista y autoritario” y subordinar la fe a la Coordinadora Democrática; defender al gobierno a capa y espada y subordinar la fe al chavismo; o asumir su rol profético de anunciar la Buenas Nuevas de Salvación del Reino de Dios, promocionando y defendiendo la  Vida como regalo de Dios; y denunciando todo aquello que atente contra el Reino de Dios y su justicia, subordinando toda propuesta política a la fe en Cristo Jesús. Yo opto por esta. ¡Dios nos ayude!

    La harina de la historia fermenta con Tu Reino”

Notas



[1] Todo análisis, incluyendo el de la realidad venezolana actual, es propuesto,  defendido y mediatizado por nuestras opciones de vida, intereses, prejuicios, etc, a la luz de los cuales  aprobamos o desaprobamos los hechos que percibimos y experimentamos. Esto puede ocurrir de manera consciente o inconsciente. En este caso yo estoy consciente que mi postura ante lo que actualmente pasa en Venezuela esta estrechamente ligada a mi interpretación del Evangelio del Reino, que tampoco pretende ser absoluta, horizonte desde el cual hago mi lectura de los hechos.

 [2] Pastor de la Iglesia Evangélica Libre “Cristo la Roca”, profesor de teología y subdirector académico del Seminario Evangélico Asociado, en el Limón, Maracay, miembro de la Fraternidad Teológica Latinoamericana.

 [3] La situación que en la década de los  80 y 90 los países centroamericanos experimentaron  obligó a las iglesias cristianas de esa región a repensar su fe desde la realidad de conflictividad por la que atravesaban. Algunos cristianos tuvieron que hacer opciones y tomar decisiones, que a su juicio, estaban acordes también con el evangelio que profesaban. Otros sin embargo, optaron por encerrarse, aun más, en dentro de sus propias estructuras eclesiales y su “evangelio neutral.”

 [4] La pregunta pudiera ser muy sencilla de responder para algunos, y muy compleja para otros. Algunos cristianos  están tomando posturas sin criterios sólidos que sustenten desde la fe  la opción tomada. Por ejemplo, emisoras cristianas que suspenden sus programas  para transmitir las alocuciones presidenciales, sin que el Estado haya encadenado la transmisión, y luego quieren justificar su acción leyendo unos cuantos versículos de la Biblia; o quienes abiertamente adversan al gobierno por considerarlo antidemocrático y comunista, y también tienen sus textos de rigor para apoyarse. Necesitamos criterio bíblicos y serios. Esto si que es una necesidad.

[5] Emplearemos este vocablo, hecho famoso por el Editorial de el Diario El Nacional del 14 de octubre del 2002, en el cual se califica de Lumpen, de manera peyorativa,  a quienes marcharon a favor del gobierno el día anterior. Lumpen es la abreviatura de lumpenproletariat, palabra alemana compuesta de Lump y Proletariat. Lump significa pordiosero o mendigo, por un lado, y pícaro o bribón, por el otro. Proletariat deriva del latín proletarius : ciudadano de la clase social y económica más baja.  Aquí entenderemos por lumpen a todas aquellas personas a quienes se les han negado las posibilidades de vivir con dignidad, y que han sido excluidas de la vida y empujadas a vivir al margen de toda esperanza: Mujeres, indígenas, niños, campesinos, obreros, desempleados, que no cuentan para la lógica de quienes nos han gobernado en las ultimas décadas. También incluimos a todas aquellas personas que, a pesar de no entrar en la categoría estricta de pobres, ven la vida con ojos de lumpen, y se solidarizan con sus sueños y luchas.

 [6] Los indígenas poseen representación en el parlamento a través de una persona elegida por ellos mismo y conforme a sus propias leyes. Además se decretó como oficiales las diversas lenguas de los diferentes grupos y el pasado 12 de octubre se decreto como Día de la Resistencia Indígena. ¿Cuánto no han costado estas reivindicaciones en otros países de America Latina? ¿Cuántos todavía están luchando por ellas?

 [7] Agenda Latinoamericana. Página neobíblica. Y ¿de la Patria Grande puede salir algo bueno? 2001

 [8] “ La modernización propuesta por nuestros gobiernos neoliberales (privatización, apertura al comercio internacional y la liberación del mercado) no es nada más que la profundización del mercado, el cual tiene acceso desde las papas fritas norteamericanas hasta los carros importados de 300 mil dólares, pasando por la quincallería electrónica. Mientras tanto los marginales tienen derecho al cólera, dengue, hambre...es la lógica del mercado”. Jung Mo Sung, Pobreza y neoliberalismo. San Pablo. 1997. Pág. 47.

 [9] CNBB, citado por «La Religión», Caracas, viernes 28 de julio de 1995.

 [10] ALCA es la sigla del proyecto "Área de Libre Comercio de las Américas", diseñado por sectores empresariales y gubernamentales de los Estados Unidos para ampliar y reforzar el dominio sobre los pueblos y países del hemisferio y, a la vez, consolidar la hegemonía a nivel mundial. Su lanzamiento formal se realizó en la 1ra Cumbre de las Américas celebrada en Miami, en diciembre de 1994. A inicios de aquel año había entrado en vigencia el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN (Canadá, México y Estados Unidos), de cuya expansión hacia el resto del continente, salvo Cuba, se encargaría el ALCA.

 [11]  Agenda Latinoamericana 1998- Pág.  81

 [12] José Ignacio González Faus: Lectura del Santo Evangelio neoliberal. Agenda Latinoamericana, 1999. Pág. 207.

 [13] Nora Castañeda. Presidenta del Banco de la Mujer. 27 de septiembre 2002. En su primer año este extraño banco con propósitos  ilógicos para la banca comercial ha otorgado en su primer año  4 mil 221 créditos por un monto de 8.6 millardos de bolívares que han contribuido con empleos directos e indirectos para beneficio de 123 mil 270 personas.

 [14]  Discurso de la presidenta del Banco de la Mujer, en la celebración del primer año del Banco de la Mujer el 27 de septiembre de 2002.

 [15] Adina Bastidas fue Vicepresidenta de la República y luego asumió el ministerio de Producción y Comercio; María Urbaneja está en el Ministerio de Salud y Desarrollo Social; Ana Elisa Osorio, Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales; María Cristina Iglesias, Ministerio del trabajo (le antecedió en el cargo otra mujer, Blanca Nieves Portocarrero)

 [16] Acto Central del día de la Mujer desde la Plaza Bicentenaria. Viernes, 08 de marzo de 2002.

 [17] Esta cifra está basada en el censo realizado en 1992.

[18] C O N I V E .Consejo Nacional Indio de Venezuela. Los 600 delegados asistentes a la Asamblea Nacional de los Pueblos Indígenas entre el 17 y el 18 de julio para la elección de los tres constituyentes que representaran a los Pueblos Indígenas en la Asamblea Nacional Constituyente, ratificó, por amplia mayoría, José Luis González, con 453 votos, Guillermo Guevara, con 456 votos y Noelí Pocaterra con 459 votos.  19 Julio 1999.

 [19] Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela. 1999. Capitulo VIII. Pág. 27. Leer todo este capitulo no dará una idea de la importancia que los pueblos indígenas representan para este proceso. En América Latina, Venezuela es el único país, cuya Constitución  da tanta cobertura a los derechos de los indígenas.

 [20] El Nacional. 11 octubre 2002. Pág.  C2.

[21] Domingo Sánchez P. UNA NUEVA REALIDAD  PARA LOS INDÍGENAS DE VENEZUELA. Fundación de Estudios Indígenas (FUNDESIN) Ponencia presentada al 3° Congreso Virtual de Arqueología y Antropología – Red NAYA – Buenos Aires, 2002.

 [22] Lucas 4.18.22. RVR